Las técnicas convencionales de fertilización in vitro e ICSI no garantizan la no transmisión de alteraciones genéticas en los embriones. Sin embargo, existe en otros centros de Europa, USA y algunos de Sur América una variante llamada diagnóstico genético preimplantatorio (DGP) con la que se posibilita la selección de embriones sanos con el fin de no transmitir enfermedades hereditarias – como la hemofilia- , o el síndrome de Down, entre otras.