La infertilidad es un desafío que muchos enfrentamos en silencio

La infertilidad es un desafío que muchos de nosotros enfrentamos en silencio, pero requiere una inmensa fortaleza de quienes navegan por sus complejidades. Mi viaje, que duró más de diez años, estuvo lleno de momentos difíciles y, a veces, sentimientos de impotencia. Pero todo cambió cuando encontramos CEMER.
Como pareja estadounidense, es natural asumir que existen clínicas mejor calificadas aquí en los EE. UU. que podrían brindar la ayuda que necesitábamos. Si bien es cierto que hay muchas opciones confiables, elegimos CEMER después de escuchar numerosas recomendaciones. Y si bien las recomendaciones son importantes, fue la experiencia de trabajar con CEMER lo que realmente los diferenció.
Desde el principio, nunca fui un paciente más con un caso complejo. Me trataron como un individuo, una persona de fe que necesitaba no solo atención experta, sino orientación y aliento a lo largo de una experiencia que cambió mi vida. El Dr. Sergio Bendaña y su equipo fueron siempre transparentes, compasivos y motivadores, incluso cuando las probabilidades parecían estar en nuestra contra. Pasamos por varios ciclos, cada uno de ellos adaptado exclusivamente a mis necesidades específicas. A través de CEMER, aprendí no solo las complejidades médicas del tratamiento de fertilidad, sino también la importancia de contar con un equipo de apoyo. El compromiso de la clínica de brindar no solo una atención excelente sino también apoyo emocional fue invaluable.
En nuestro ciclo final, cuando tuvimos una pequeña posibilidad de éxito, el Dr. Bendaña y su equipo fueron minuciosos, incansables y optimistas. Incluso después de regresar a los Estados Unidos, continuaron supervisando nuestro progreso y nos apoyaron en cada paso del camino. El vínculo que formamos fue algo poco común; una relación genuina y afectuosa que fue más allá del entorno clínico.
Cuando regresamos a Honduras con nuestro hijo, Ian Elias, fue un momento de inmensa gratitud. Fue una oportunidad para abrazar el viaje que todos habíamos compartido y celebrar el esfuerzo colectivo que había durado casi seis meses. Estoy profundamente agradecida con el Dr. Bendaña por su papel en esta experiencia que cambió mi vida.
Además, me siento increíblemente orgullosa de ver un médico de descendencia hondureña que no solo es compasivo y dedicado, sino que también tiene un conocimiento excepcional y está actualizado sobre los últimos avances en el tratamiento de la fertilidad. El Dr. Bendaña ejemplifica el más alto estándar de atención y es un privilegio haber experimentado su experiencia de primera mano. Como estadounidense de descendencia hondureña, me siento honrada de haber depositado mi confianza en un médico que combina sus raíces culturales con un profundo compromiso con la excelencia y la atención de calidad.
Las palabras no pueden expresar completamente mi gratitud, pero espero que esta reseña ayude a transmitir cuánto ha significado CEMER para nosotros.
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